Deia 13/07/2018: «Una dinastía de gente bien»
No es necesario hurgar en las raíces para llegar hasta la copa de un árbol genealógico extraordinario: el de la familia Thate que llegó a la villa en 1918 por el empuje del patriarca Herman Thate, un pionero que tuvo el arranque de los valientes. Un siglo después la familia ha sorteado guerras civiles y mundiales, incendios y mil y un avatares que hoy desembocan en el cuadro de honor de la villa con cuatro corazones como la copa de un pino: Carmen,pura cortesía;Alfredo,un tallo con mano de ángel en la cocina;Enrique, alias terremoto y Herman Thate, el artesano del obrador, charcutero de raza, que ayer fue incluso sentimental al acordarse de Gloria Rodríguez, la pareja que le da temple en una vida desbocada, “la persona que más quiero en la vida”.
Así se dibuja el retablo de los cien años de vida de una apellido alemán reinante en las calles de Bilbao. El escenario donde transcurrió la celebración, como no podía ser de otra manera, fue el Ein Prosit, con José Ángel Pereda como showman de la tarde noche (su hija Alaitz Peredabailó un aurresku emotivo que guardó equilibrio con la flauta travesera con la que Jon Thate pasaportó al paraíso a los presentes, en compañía con el piano de Jontxu Goikoetxea…) y el libro memorial escrito por Mariano Gómez (una colaboración de Bilbao-Bizkaia Slow), puro testimonio de una dinastía sembrada, sobre todo, con la presencia de la buena gente.