ElCorreo 26/03/2018: «Agua gratis en los restaurantes ¿obligación por ley o cortesía?»
Es costumbre extendida y reglamentada en otros países, como Reino Unido, EE UU o Francia, pero por estos lares es una rareza. En los locales de hostelería el agua que se sirve es mayoritariamente embotellada y la del grifo queda reservada como gesto de cortesía a algún cliente que pide un vasito como complemento a su consumición. Pero ¿y si los hosteleros tuviesen que ofrecerla gratuitamente por ley? ¿Si cuando nos sentamos a la mesa para degustar un menú ya tenemos preparada una jarra recién rellenada del grifo? Esta es la propuesta que ha lanzado la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) por razones medioambientales y de promoción de una alimentación equilibrada: una normativa que imponga a los hosteleros la obligación de servir un recipiente con agua del grifo para su consumo de forma gratuita y complementaria a la oferta del propio establecimiento.
Con motivo del Día Mundial del Agua, la OCU ha pedido que este gesto se convierta en una «obligación» y no una cortesía, de cara a que el consumidor no tenga que asumir pagar una botella de agua mineral «cuando la del grifo es perfectamente apta para su consumo». Se trata, ha recordado la organización de consumidores, de una petición que se ha reclamado desde hace años a las administraciones, al ser «un bien básico».
Efectivamente, es una vieja demanda formulada también desde sectores ecologistas y que algunas autonomías y ciudades han comenzado a recoger. Por ejemplo, el Gobierno de Andalucía ha incluido la obligación de que los hosteleros sirvan agua del grifo a sus cientes en la Ley para la Promoción de una Vida Saludable y una Alimentación Equilibrada aprobada a comienzos de mes por el Parlamento andaluz y cuyo objetivo primordial es acabar con el primer problema de salud pública que afecta a esta comunidad: el 23,1% de la población infantil y el 16,6% de los adultos sufren obesidad. Navarra también incluye esta medida en su nueva Ley Foral de Residuos, al igual que Baleares, ante la oposición de los hosteleros de ambas comunidades: temen ver reducido su volumen de negocio al tener que ofrecer de balde un producto «que a nosotros sí nos cobran».
En Bizkaia, que puede presumir de tener un agua de calidad excepcional, tan solo ha habido tímidas iniciativas en este sentido con fines solidarios. La última, hace dos años, fue promovida por el Consorcio de Aguas y la asociación gastronómica Bilbao-Bizkaia Slow: bajo el lema ‘H2O Bilbao, mesedez!’, la iniciativa, que además tiene fines solidarios, animaba a los locales de hostelería a ofrecer a sus clientes agua corriente en unas preciosas botellas diseñadas por el artista mallorquín Jaume Falconer: si el cliente quería comprar estos recipientes, la cuantía recaudada por su compra iba íntegramente destinada a Unicef.
«No creo que a nadie se le haya negado un vaso»
Pocos son los restaurantes, que una vez acabadas estas campañas, han conservado la costumbre de ofrecer gratis agua del grifo a su clientela. El restaurante La Escuela, en Artxanda, es uno de ellos: en su carta y menús incluyen ‘H2O de Bilbao’ entre las oferta de bebidas. Pero es una excepción. «En los bares es muy habitual pedir un vaso de agua y generalmente al cliente se le da sin problema, no creo que ningún camarero se lo haya negado a nadie», opina Héctor Sánchez, gerente de la Asociación de Hostelería de Bizkaia.
Otra cosas son los restaurantes, donde «aunque la ganancia está en otro tipo de productos, generalmente el agua se sirve embotellada, no sé si por una razón de estética o por sus supuestas mejores cualidades, algo que no tiene razón de ser, porque tenemos un agua buenísima», reconoce Sánchez que, en cualquier caso, cree que la decisión de brindar una jarra del grifo quedar en manos del responsable del establecimiento. «¿Una ley para regular esto? Sinceramente, creo que tenemos ya demasiadas leyes y no veo la necesidad de crear otra por una cuestión para la que no hay debate en la calle ni está entre las prioridades de la ciudadanía», sostiene.