Deia 21/03/2015: «El Arenal acoge todos los sábados la feria Gure Lurreko Merkatua»
CON los primeros rayos de sol, las gallinas de la granja Luciaren Etxea, en Larrabetzu, despiertan al irresistible aroma que para ellas desprende el pienso. Mikel López, uno de los responsables del negocio familiar, acude todos los días a las siete de la mañana hasta la nave en la que viven las 300 gallinas de las que obtienen los huevos ecológicos. “Cuando llego se alborotan. Me conocen y cuando me ven ya saben que les toca comer”, relata. Conseguir un producto ecológico de una calidad extrema no es un proceso nada sencillo; requiere de mimo, de cuidado, dedicación y también de mucha paciencia. “Aquí no hay ni lunes ni domingo. Todos los días hay que madrugar. Para conseguir un buen huevo es clave cuidar a las gallinas. Ellas son las reinas de la casa y eso es fundamental”, dice Irene Ayarza, otra de las responsables de la granja. Las aves viven en un espacio diseñado con todas las comodidades; los bebederos son automáticos y el agua la reciben de un manantial controlado cercano. Las gallinas duermen en unas barras y siempre que hace bueno se les permite salir a los parques exteriores.
Todo ese trabajo previo que realizan a diario los productores vizcainos se traduce en óptimos productos con grandes cualidades nutritivas que llegan a las ferias de nuestros pueblos. Queso, carne, pan, miel, hortalizas… En Bilbao, en los tinglados de El Arenal, todos los sábados, una veintena de productores pone a la venta lo mejor de sus producciones en la feria Gure Lurreko Merkatua. Se trata de una iniciativa impulsada por el Ayuntamiento de Bilbao, la Asociación Slow Food Bilbao- Bizkaia y Bizkaimendi, que tiene como objetivo acortar distancias entre la tierra y la mesa. Hoy, estos productores no faltarán a su cita de 10.00 a 15.00 horas. Un encuentro en el que la calidad y la variedad de productos locales será una vez más protagonista.
“Tenemos que dar el valor que tiene a los productos que se producen en torno al caserío. Aunque cada vez menos, todavía hay gente que no sabe darle el valor que tiene a este tipo de productos. Como en todo, habrá huevos mejores, pero en nuestro caso todo es natural. Lo único que se manipula es a la hora de la recogida, seleccionar y cuando los colocamos en los envases”, relata Irene Ayarza.
CUATRO DE LA TARDE Los huevos que hoy estarán a la venta en el puesto de Luciaren Etxea fueron seleccionados y clasificados ayer viernes por la tarde. Hasta que llegan a los hogares del cliente, el proceso es largo y se lleva a cabo sin prisas, con cuidado. Todo el proceso de clasificación y envasado es manual. La recogida suele ser a las 16.00 horas. Los responsables de la granja acuden con cestas para recoger los huevos que las gallinas depositan en unas casetas acondicionadas para ello. Es en ese momento cuando se inicia el proceso de clasificación, selección y envasado. Irene, con ayuda de Gotzone, comprueba que cada huevo está en buen estado y limpio antes de colocarlo en las cajas. “Son muy pocas las personas que tienen el privilegio de degustar estos huevos. La producción de este producto no supera las 25 docenas diarias. Es un productos ecológico, artesano y slow food”, destacan.
Lo cierto es que en Bizkaia contamos con una importante variedad de profesionales que trabajan para obtener los mejores productos. Gure Lurreko Merkatua-Bilbao se enmarca dentro de una propuesta internacional para crear una red de mercados campesinos basados en la venta directa. Esta feria es la primera que se realiza a nivel nacional. A partir de las 10.00 horas, en los tinglados de El Arenal, los puestos de la veintena de baserritarras volverán a exponer lo mejor de los productos; una feria con una gran variedad, productos lácteos, vegetales, frutas, txakolis, sidras, conservas de pescado… Todo el género que será expuesto hoy responderá a criterios de “bueno, justo y limpio” del movimiento Slow Food. Buenos por su sabor y aroma, limpios porque están obtenidos a partir de procesos tradicionales, y justos porque se venden a precios asequibles. “Conseguir un producto bueno tiene un coste. Además de otros gastos, solo el 49% va para comprar el pienso con el que alimentamos a las gallinas”, explican los productores.