Deia 07/10/2012: "50 años en honor a la buena mesa"

Publicado en Noticias
0

El txoko Guri-Zer de Mungia cumple medio siglo y apuntala su implicación con la vida social del pueblo.

ES uno de los órganos vitales de Mungia. Un corazón que late al ritmo de sus fogones. Un pulmón que respira buen ambiente en torno a la mesa. Un cerebro que rezuma iniciativas para fundirlas con la vida social y gastronómica de Mungia. El txoko Guri-Zer nació hace ya 50 años y a día de hoy, con sus 105 socios, sigue siendo uno de esos rincones con solera de la localidad. Entre sus muros se han gestado mil anécdotas, mil acontecimientos. Sin ir más lejos, hace una semana su veterana cocina dio vida al menú de su fiesta de aniversario que sentó a la mesa a comensales de los doce txokos existentes hoy en el municipio.

Hoy, medio siglo después de su creación, el Guri-Zer apuntala su apuesta por participar activamente en la vida social de Mungia. En los últimos años, su actividad se ha centrado en la gastronomía, y en ese contexto ha contribuído a la puesta en marcha en el municipio de importantes iniciativas. Así, por ejemplo, Guri-Zer participó activamente en la creación del concurso de chorizos y morcillas que se celebra en la recuperada feria de San Antontxu en colaboración con la Asociación de Comerciantes de Mungia y el Ayuntamiento de la localidad. También ha jugado un papel relevante en el concurso de lapikoko que este pueblo lleva dos años celebrando para dejar a la alubia de Mungia en el sitio que se merece. Pero es que, además, este txoko fue testigo directo del nacimiento del Slow Food en Bizkaia. Y es que, el local fue elegido en 2005 para la cena de constitución de este movimiento en nuestro territorio. El movimiento Slow funciona a nivel internacional y sus miembros defienden los productos autóctonos, el patrimonio gastronómico y los placeres de la buena mesa que se paladean con tiempo, disfrutando. Y de eso el Guri-Zer sabe mucho. Esta fue la semilla de toda una labor por parte de agentes locales y, sobre todo, del propio Ayuntamiento mungiarra que lograron que esta localidad sea hoy día oficialmente una Slow City.

Pero al margen de los destacados hitos recientes de este txoko, merece la pena echar la vista atrás para repasar la trayectoria del Guri-Zer desde su creación. Fue en el verano de 1962 cuando nació este txoko siguiendo el patrón de la sociedad ya existente en la localidad, Anaitasuna, ubicada en un local aledaño y que, con un año más de vida, es la única más antigua que el Guri-Zer en el pueblo. El nombre surgió en una conversación sobre las críticas que había tenido la sociedad Anaitasuna por parte de los curas de la iglesia de San Pedro. Uno de los presentes, a modo de declaración de intenciones, lanzó un firme «Eta guri zer?» («¿Y a nosotros, qué?»). Poco les importaban aquellas críticas. Y nació el Guri-Zer como asociación con fines recreativos, culturales y artísticos. Fueron 37 los socios fundadores que participaron en la asamblea constituyente, el 28 de septiembre de 1962. Hoy, en el Guri-Zer quedan diez de aquellos impulsores.

El papel de la mujer en este txoko ha sido uno de los principales caballos de batalla en el seno de Guri-Zer. La última modificación de los estatutos de esta sociedad tuvo lugar en 2011 para igualar totalmente los derechos entre hombres y mujeres y posibilitar que éstas pudieran ser socias, de modo que hoy día hay tres chicas son asociadas al txoko. Pero esto no ha sido una realidad hasta el pasado año. De hecho, inicialmente las mujeres solo podían entrar a este local el día de San Pedro y de San Miguel. Los últimos años, esta cuestión ha generado discrepancias en esta entidad hasta que finalmente hoy, por fin, las mujeres pueden entrar, cocinar y formar parte de esta comunidad igual que los hombres.

Una de las líneas de oro que este txoko ha escrito en la historia de Mungia, está en la puesta en marcha del mítico Sukalki Eguna. Este concurso gastronómico fue creado y organizado conjuntamente por Guri-Zer y Anaitasuna en 1964.

Hoy, este txoko con solera sigue en plena ebullición. Sus locales han tenido en tiempos pretéritos los más dispares usos. Fue utilizado como acuartelamiento y caballerizas de las tropas francesas en la llamada guerra de independencia española, y tuvo la misma función en las Guerras Carlistas. Antes de que comenzaran las obras de adecuación como txoko fue un almacén de gaseosas y sifones. Pero nunca tuvo tan noble cometido como el de hoy día: el ser un templo de la buena mesa, de la gastronomía y de la reunión entre amigos.

Deja tu comentario con

Los comentarios están cerrados.