Deia 23/03/2012: "Una bodega bañada en oro"

La bodega Itsasmendi de Gernika-Lumo ingresa en la élite vinícola mundial tras lograr tres galardones en los prestigiosos premios Gran Bacchus de Oro.

Todas las bodegas tienen en la vendimia su punto álgido de actividad. Es entonces cuando se recolecta el duro fruto de los meses precedentes en las viñas. Pero hay algunas que se están abonando a otro tipo de recolección: la de los premios. Y entre las bodegas vascas hay una bañada en oro. Es Itsasmendi. Tanto que la firma ha pulverizado sus registros logrando traerse una excelente cosecha del décimo concurso internacional de los Bacchus. Los considerados Oscar del vino han situado a uno de los caldos de la bodega gernikarra, el Urezti 2008, en el top 6 mundial. Participando con tres de sus etiquetas, de la prestigiosa cita de Madrid se han traído un Gran Bacchus de Oro y otros dos galardones más. «Un pleno, sí. Estamos encantados», reconoce su gerente, Garikoitz Ríos.

En uno de los certámenes vinícolas de referencia mundial como son los Bacchus, la firma gernikarra ha conseguido seducir a los paladares de periodistas especializados, sumilleres, enólogos y los Master of wine. Itasmendi ha hecho las delicias de los maestros del vino entre las más de 1.800 marcas de todos los rincones del mundo en pugna durante cuatro días de catas en el casino madrileño. Se llevaron el galardón más preciado, junto con otras bodegas de las denominaciones de Montilla Moriles, Toro, Jerez-Sherry, Turquía y Austria. Y, de paso, también colocaron al txakoli vizcaino en el Olimpo.

«Tener un reconocimiento así por el trabajo que realizamos por un producto de calidad, y en tiempos de crisis y con la competencia que hay, resulta muy gratificante», señala Ríos desde el cuartel general de la marca, en Gernika-Lumo, si bien las viñas de Itsasmendi se expanden por hasta 12 localidades de Bizkaia. «Un premio así da caché, sin duda», avala, si bien ya ha obtenido otros seis premios Bacchus anteriormente. Pero, cuestionados por el secreto del éxito, la bodega nacida en 1990 esgrime un argumento de peso: «El conocimiento es la base de cualquier profesión». Y en la viticultura, una actividad de paciencia infinita, «es exactamente igual», relata. «Nuestro éxito ha estado basado en las parcelas en las que hemos plantado nuestros viñedos. Y luego le hemos dado continuidad a ese trabajo en el tratamiento enológico».

tres de tres Es decir, los pilares de su éxito son conocer con exactitud todos los componentes que hacen de una uva algo diferente y, después, trabajarlo en la bodega con un buen equipo, un trabajo constante y la aplicación de la investigación. Base angular de Itsamendi es su enóloga, Ana Martín, además del equipo de la bodega. Se trata de «la perfecta simbiosis entre viticultura y enología», resume Ríos.

Ejemplo de ese carácter innovador y meticuloso es el laureado Itsasmendi Urezti 2008, un vendimia tardía de marcado carácter atlántico «que se elabora desde el año 2001, habiendo sido el primer vendimia tardía en una denominación de origen de txakoli», indicaron. Impactó al principio, porque era algo novedoso que ni siquiera se elaboraba en otras áreas vinícolas de más renombre, «pero ahora hemos recogido el fruto de aquella apuesta tan arriesgada», citan desde la bodega gernikarra. Su comercialización, además, depende de las añadas «por la enorme dificultad que tiene su elaboración». De oro también se vistió en Madrid uno de los buques insignia de la marca, el Itsasmendi 7 de la cosecha de 2010; y, por último, el Bacchus de plata al Txakoli Itsasmendi, «el producto más clásico».

Alcanzado el escalón más alto del podio vinícola en un concurso estatal, a los responsables de Itsasmendi aún les quedan nuevas propuestas. Una de ellas la presentarán en la Feria Internacional Alimentaria en Barcelona: el Itsasmendi Artizar de la cosecha 2010, «fruto de un trabajo de investigación en viticultura de precisión de la mano del centro tecnológico Neiker». Otra podría ser un txakoli tinto. Lo que sí aseguran es que seguirán con la filosofía de «no crecer en cantidad, sino en calidad». Y si continúan fieles a su estilo, más Bacchus esperan a la bodega gernikarra.