DEIA 06/02/2018: EL CHEF DE MUNGIA (Y DE BILBAO-BIZKAIA SLOW) QUE AMAN EN MADRID

Manuel Eduardo (Socio de Bilbao-Bizkaia Slow) se vistió el mandil hace 18 años y ahora recoge sus frutos en forma de premios. Su última hazaña es lograr la victoria en el Campeonato de Tapas de Diseño de Madrid Fusión

Lleva cerca de 18 años detrás de los fogones y su amplia experiencia en el mundo de la restauración le ha llevado a conocer todos los misterios del arte culinario. Tal es así, que su creatividad y ganas de sorprender a los paladares más exigentes le ha llevado a conquistar numerosos galardones y reconocimientos en una especialidad tan competitiva como es la de los pintxos. Entre las hazañas logradas por el ingenioso cocinero mungiarra Manuel Eduardo destaca su reciente primer premio en el Campeonato de tapas de Diseño de España en Madrid Fusión, la segunda vez que logra este meritorio galardón. “Es un gran reconocimiento pero más allá me ha venido muy bien desde el punto de vista publicitario y de las redes sociales y la prensa. Salimos en varios artículos en medios como La Vanguardia, La Razón, ABC… Creo además que es también positivo para nuestro pueblo porque le da mayor visibilidad tener a un vecino que haya conseguido este tipo de reconocimiento”, señala el chef. El pintxo, denominado por su creador como Tsukalki con aires asiáticos, consistió en una receta típica vasca como es el guisado de ternera con verduras. Esta se iba macerado con soja y vino tinto, así como con pizcas de jengibre, apio y especias chinas. Pero el éxito de este mago de la cocina en miniatura no es fruto de la casualidad sino más bien del duro trabajo. Y de una vida dedicada a su pasión culinaria. No en vano, Eduardo comenzó su andadura en los restaurantes en La Bakiense de Bakio con tan solo 15 años, para después ser camarero en el conocido Zubikoa de la localidad mungiarra. Tras varios años de andadura, se pasó a la cocina abriendo un negocio propio en Algorta. Finalmente, recaló en su pueblo natal para montar un restaurante al que dedicó muchos años de su labor profesional, el Haritza. Actualmente, lleva cuatro años al frente del local Haritza Gastro &Café donde, según explica, “servimos menú del día que combina la cocina más tradicional con toques de comida internacional”. De hecho en la pizarra que se muestra en su establecimiento se pueden observar desde platos italianos, cuscús o pollo Tikka Masala, entre otras delicias.Toda esta dedicación y valentía por la buena cocina y, en especial, en los pintxos creativos, le ha llevado a Eduardo a conquistar numerosos premios, junto a los mencionados en Madrid Fusión. Entre los más destacados figura el diploma del Concurso de Pintxos Bilbao Bizkaia en 2014, donde logró el primer premio por un bonito maridado, que además fue con el que venció en la Madrid Fusión de aquel año. “Le tengo especial cariño por las fechas a nivel personal, y creo, sinceramente que fue de lo mejor que he hecho en mi vida”, apunta orgulloso. No en vano, este majestuoso pintxo llevaba una vinagreta de algas que logró seducir el paladar de los exigentes jurados de estos certámenes. “Además, otro factor clave de su éxito fue que lo sacamos después del verano y como era muy fresco, funcionó muy bien entre los clientes”, remarca.

A la hora de evaluar su estilo de cocina, Eduardo lo tiene bastante claro. Su apuesta se basa en preservar los valores del recetario tradicional vasco pero abriéndolo a influencias innovadoras y venidas de cocinas de otros rincones del mundo. “Mi esencia es la cocina tradicional pero me gusta tunearla con ingredientes, especias y sabores de otras culturas y cocinas. Sobre todo, porque los jóvenes que nos visitan nos suelen demandar mucho este tipo de platos”. El próximo reto de este chef mungiarra será un proyecto solidario del que por el momento guarda silencio.